15 de abril de 2024

Pequeñeces sin enumerar


Leo en mi libreta de los diecisiete
las grandezas que soñé
y si ahora intento describirlas
como banderas en las cumbres más altas,
abundan las pequeñas cosas,
aparentes insignificancias
que han orillado la checklist de logros
entre mi lista de pendientes
y tachaduras de lo que parecía importante
y hoy si acaso un papel para reciclar.

Mi nombre se fue cayendo de las anotaciones
al margen del tiempo
como aparición escurridiza entre las nubes
que cada tanto precipitaron la mirada coincidente
y el deseo de lluvia hecho palabras.

Por eso persistí en lo mínimo,
aquello con la signatura de tu yo extraviado,
estrellándose contra el calendario
y la metáfora tenaz de tu silencio
porque más allá de los versos que terminaron
arrugados en el papelero,
resuena la canción que somos.

Y porque aún no aprendí a contravenir
los latidos de mi corazón que insisten en su vértigo,
es que no me resultan las listas, acaso círculos,
pequeños
como lágrimas sin enumerar.

31 de marzo de 2024

Conjunción

Abril con sabor a Pascua
y cayendo del calendario, el beso que no muere.


Son señales, conjunción de latidos,
entonándose a un ritmo aún más reconocible
en cada cosa vital
y hasta diría entrañable,
que ocupa mi corazón
desde que puse tu rostro en la memoria
de los antes y este largo después
del primer gesto de amor
que vino a recomponernos con ternura.

Brotes de septiembre con sus campanas
y muchedumbres fecundas
de voces siempre retornando
como jazmines que al inclinarse por la lluvia
pueden impregnar su aroma a porvenir
e infinito
en esta página que escribimos, distraídos.

Expresiones a semejanza de la locura
como el eclipse que somos
para la aurora más brillante
o los pasajes con destino a amarnos
y escribirnos en mil poemas,
abrazar el calor adentro de la vida
y reconocernos propios,
conectados
cuando es imposible la nada entre los dos
y el tiempo ya no importa.



13 de marzo de 2024

Pregunta por seguridad



 
Confieso que si busco alguna cosa inútil
indefectiblemente 
doy con esos recortes de la vida,
perdidos en los intentos de clasificación ikea
de mi casa,

señales que devuelven significados
a todos los inicios,
a tus palabras,
capaces de ocupar esa secreta intensidad
de los espacios
que guardan las horas
en que te voy nombrando, a veces, más oscuro,

pero ahí están, con su emoción indecible
los sonidos de la noche
donde tú circulas libre
conocedor de cualquier recodo
como llovizna
donde se almacena el tiempo
sin desordenar
este presente.tuyo y mío
que vibra en su propia amplitud
más allá de las sombras.

¿Y si te digo
que en plena era de geolocalización,
-aún si te prefiero serendipia constante
y ese nacernos siempre en el asombro-
me quiero asegurar de si apuntaste bien
el quinientos sesenta de Recoleta
de mi Santiago de Chile?

26 de enero de 2024

Ars Liber

 


Como si hablaras desde las piedras
que son percusión para la lluvia
y dejarse esculpir por el ritmo inexplorado
de su persistencia minuciosa.

Detenerse
en lo más simple de sus golpes
y dejarse colorear por su frecuencia
que sale a la luz como un pájaro
libre por la boca.

Y que allí,
donde sea que el tiempo de la piedra nos sobreviva,
sorprenderse
sin pretender atraparlo con las manos,
porque se grabará solo
como arrugas inmortales en el aire.


22 de enero de 2024

Salgo a caminar





Salgo a caminar la gota de rumbo 
que hace océano cada tarde
y voy siendo
instante nuevo sin prisas.

Noto cómo es aquello que me gusta,
cuáles las palabras que mejor saben, 
los gestos cuando son ondas propagándose 
como si se reconocieran en mi piel
hasta el curso de mis pasos
ahí donde los recuerdos no molestan 
ni los nombres
y las promesas no importan.

Y es tanta libertad atender descalza
a las preguntas por el frescor de este prado
mientras van cerrándose las funciones
de la realidad con sus link sobre mi cabeza,
que, impregnada del vainilla cítrico y sensual
de los magnolios, me adueño de la risa
y hasta mis músculos comienzan a abrazarme. 

Lejos del mantra y la huida,
todo es mar sin algoritmos, apareciendo 
con sus olas que no cesan
que no cesan 
y no duelen
como la íntima mudanza 
del adiós tras un doble parpadeo.

13 de enero de 2024

Rutina sin agenda

 



Acostumbro despertar a las cuatro
para comunicarle con un beso
ese buen día enamorado, como si fuese
un laurel profético de luz sobre la oscuridad.


Ya sé de las confusiones que se alojan 
en su tránsito de decisión a victoria
y cómo se repiten los mapas de la complacencia.
Por eso, llevo días adelantándome a la madrugada
para dar con el trayecto donde circulan
juntos, razón, deseo y posibilidades.


A veces, pareciera plena noche al fondo
y otras, la boca inédita del día, justo ahí 
donde cambia el destino de mis besos,
como si todo se resumiera en actitudes
mediando entre fugas de energía y fe.


Entonces agradezco las líneas que se escriben
con esos silencios que ojalá también trazaran
claramente los límites entre hora vacía
y amanecer con sol estallando en la ventana y sus promesas.


11 de enero de 2024

En Clave de Sol



Amarte es tan igual a ser hermosa,
como rayo de sol temprano y fiesta
en todo lo que el alma toca honesta,
llena de mí y en mí, tu voz reposa.


Un elegirte aun sin mariposa
que revuele en mi piel y estar dispuesta
a abrazar tu expansión como propuesta
en el confín del verso y de la prosa.

Amarte es tan igual a ser pupila
que destella feroz en su ternura
del 'nada' expectativa y 'todo' espero,

tan igual a ser viento que destila
furor de aire sensual, caricia pura
y amar con todo el cuerpo si yo quiero.



14 de noviembre de 2023

Aunque sepa que va a doler



No va a pasar
porque tendré que huir donde la oscuridad
y el rumor no me alcancen, 
porque no tengo otra forma de sentirme envoltura, 
placenta infinita y fetal en mí, 
a esta edad donde la duda
es líquida como mis lágrimas. 

No quiero decir cuánto palpita una cicatriz 
porque es fácil pensar que de antigua ya no duele 
o que ha pasado el tiempo 
y debí aprender a vivir como si no fuera. 
 
No puedo decir cuánto tiembla el corazón 
porque no hará sentido 
cuando del otro lado de la noche, distrae la luna. 

Solo callando es que no va a pasar 
y que cada vez se agosten mis venas, 
porque no va a pasar mientras el sol se ponga 
sin que se interrumpa el horizonte 
y sea suficiente sombra sobre mi rostro 
de perdón por haber sufrido 
o por tener la herida abierta emanando silencios. 

No va a pasar, porque ya no espero que se entienda 
ni importa cuando la importancia tiene otro centro. 
No, no va a pasar, porque no diré 
y el vacío se hará eco y lo que haga o tema será cosa mía. 
Igual optaré por sonreír a las mañanas 
y mi pecho abierto para las manos limpias.



21 de febrero de 2023

Instantes





Siempre es el mismo mar.
que nos arrulla y nos hace estremecer,
puro asombro y lo incierto
del tiempo que tarda en disiparse.


Es la duda y nuevamente tu pañuelo 
para cuando abra la mineral
y el agua nos lave la risa
y la mesa del bar sea fila perfecta
de notas musicales
tal vez para saborear la canción
o tu historia y sus devoluciones.


Y es que siempre vuelves 
a la calle exacta con la respuesta
del Santiago olvidado,
donde tú mismo eres esquina de algún nombre,
origen y olor de algún rincón que ya es pasado.


Mientras yo, regresando
sin importar si es solo viento
que arrebata mis pendientes
y me sonroja las venas
cuando ríes de mis gestos de limón de pica.


Y somos nosotros 
volviendo a ser de nuevo
rodajas de amor en un instante
siempre al borde de las olas.




25 de febrero de 2020

Grito en la ciudad




Grito en la ciudad


"La metrópoli es una canasta con señales,
la voz una vez en el aire, pinta paredes..."

Leo F Zambrano


Tanto he gastado mi nombre que me llamo a mí mismo
para rescatarme
de esta ciudad que se desmorona.
Ya no la reconozco
a ella ni a mi voz
entre sus calles llenas de preguntas.
¿Cuál está adentro y cuál está afuera?

Camino y todo grita alrededor,
pero no hay respuesta en la multitud.
Es una asfixia en la palabra
y un dolor en estampida
que se estrella contra las paredes
para transmitir su nueva historia.

Así que también soy una ciudad
donde las ventanas aletean
ruidosamente a la multitud
y donde crecen las metáforas
que luego se tiran a la basura
aunque sigan temblando
como párpados heridos.

¿Cuál es tu verdad y cuál es tu sueño?

Sí, aquí las aceras se disparan como proyectiles
y la lágrima es un pozo
de algún recuerdo que hemos repetido
hasta la extenuación
con monumentos y fondos para
selfies de turistas.

He gastado mi nombre
en este ejercicio de retorno
y es hora de creer
en un soplo humano
más allá de esta agonía callejera
que me pronuncia.

Para nunca volver a ser él mismo,
para nunca silenciar su grito,
porque se ha encendido una ciudad
que ya no quiere caminar a ciegas.

17 de febrero de 2020

Carta







Las despedidas no se agotan en tres días de llanto
y rostro testarudo en silencio,
no, cuando tu voz aún no ha terminado de morir
en este Santiago que se mueve con furia en las tardes de otoño,
no, cuando el frío se detiene en mis pies doloridos
bajo las sábanas que me cubren cada noche, vacío.

¿Por qué preguntas si todo va bien, si hay vida detrás de las cortinas?
o si la lágrima se derrama en mis ojos que fueron guardados para lo mejor
de un tiempo de asombros, viajes y risas.
Sabes bien que los recuerdos no se desvanecen con solo callar
o pretender que los caminos rotos pueden ser reparados
y llorar por dentro, sin que se muevan los días
que pasan para quitar tantas promesas.

Como ves se me hace dificil compaginar el amor y el olvido
cuando tu norte ha encendido mis rincones con su calor infinito
y te quedas como una veta de mineral escondido
en la persistencia de mi fe al final de tus maletas.

A quién le importa si tus manos fueron un refugio para el miedo
y paso firme en la ceguera?

A quién le importa si ya no puedo escuchar tu voz sin que me haga daño
¿No encontrarás palabras de amor y eco en el futuro?

Y que si extraño tanto tu mirada, si se ha vuelto la mia
como un clavo en tierra firme para buscarte
en algún rastro o miga o brote la raíz de otra cosa
que no sea este desierto que crece, rápido, aquí en mi pecho.